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viernes, junio 12

Del quejido al susto

Oscar Arturo Medina Castelán


DEL QUEJIDO AL SUSTO…

…Así crecí volando y volé tan deprisa, que hasta mi propia sombra de vista me perdió, para borrar mis huellas destrocé mi camisa, confundí con estrellas las luces de neón...” Pues quien más… Sabina Pues sí…

Pasaron las elecciones… Espero y confío que hayan estado en un rico “hotel de paso” con la persona adecuada, dando gusto al cuerpo para emitir un voto libre y reflexivo, porque al ver los resultados, creo que hay muchos claroscuros. Pero en fin, así son las elecciones. Pero si he de ser sincero, ahorita el único claroscuro que me interesa es ése que se hace cuando hay un cuerpo desnudo entre las sabanas de una cama.

No sé ustedes, pero lo mío son esos momentos previos al sexo… Sí saben, esos donde hay espacio para los contactos, las miradas, ese momento en que uno ya está desnudo a la espera del compañero (a), segundos cargados de un bendito erotismo que irremediablemente hace que la mente sea cómplice cuando de quejidos se trata. Sin embargo, (no me lo van a creer) en esto de ser dos en una cama (o más) hay muchas cosas que considerar.

Me cuesta trabajo, por ejemplo, entender que existan seres que tengan fobias de tipo sexual. Si bien ya hablamos de las filias que son esos placeres “poco comunes” y que resulta que a muchos les gustan, también me entero que hay personas que tienen temores, muy grandes en materia de “eso me gustas y eso me das”. Ciertamente en una columna nada seria como lo es Calle Melancolía, difícilmente se puede encontrar una solución a estas cuestiones, en mucho porque yo no soy sexólogo. Soy un humilde escribano, un pequeño perno en una gran maquinaria informativa, un viejo reportero, eso sí, muy lujurioso y que le gusta escribir de sexo, entonces, identificar y sobre todo superar las fobias sexuales es asunto de un especialista.

Creo que el primer paso para dar una solución a un problema es descubrir que se tiene y después ir con un especialista, ya sea sicólogo, sexólogo, psiquiatra, curandero, chaman o amigo (a) con derecho, lo que sea para superar estos temores.

En ese libro clásico de “Algunas cosas que pueden dar al traste una buena cogida” ups… Pero seamos sinceros, a ellas y ellos, como nos gusta en un momento dado ser un poco vulgares cuando de sexo se trata, así que se vale usar esta palabra para hacer referencia al acto del fornicio que es el origen de este espacio. A ver, dentro de las fobias, más comunes se encuentra la Gimnofobi, que se define como el miedo a la desnudez propia y ajena. No se debe confundir este padecimiento con el pudor, una cosa es que la amante (qué rica palabra) le dé pena, mostrarse como “dios la trajo al mundo” y otra es que por ningún motivo se quiera quitar la ropa.

Otro padecimiento es la Genofobia, el cual es un temor, bien canijo, ya que se define como el miedo al acto sexual, así tan cual, sin importar si es del tipo tierno, “flores, caricias, dulces” o del rudo “esposas, velas y fuetes”. Las personas que sufren esta patología tienen verdaderos bloqueos en momentos que deberían ser eróticos y agradables. Está también el Vaginismo, el cual consiste en el temor de muchas mujeres a ser penetradas, en casos muy extremos las mujeres sienten pánico a colocarse un tampón o ir al ginecólogo. Este temor también tiene que ver con los mitos de la virginidad, de ese dolor que algunas mujeres tienen en su primera vez.

 La Agrafobia, es el miedo a ser víctima de un abuso sexual. Como es lógico pensar, generalmente lo padecen quienes han sufrido de este tipo de hechos o lo han presenciado. Sin duda es este caso uno de los que requiere en calidad de urgente la ayuda de un especialista. También tenemos la Venustrafobia, que es la fobia que tienen los hombres a las mujeres hermosas… Por más loco que parezca, ya que seamos sinceros, quién no ha sentido pena cuando ve a una mujer hermosa, para acercarse a conquistarla.

 La Medolmacufobia, es uno de los temores más comunes en los hombres (machos, rudos y fuertes) que consiste en el pánico ante la idea de perder la erección. Esta sin duda es una de las más comunes, en mucho por la idiosincrasia que tenemos, pero sobre todo porque hemos reducido el acto sexual al pene y la vagina, cuando existen otros recursos igual de ricos y sabrosos. El Fetichismo, que si bien es una filia (o sea gusto), que se relaciona a las prácticas sexual que conlleva el uso de artículos inanimados tales como ropa o juguetes sexuales para la consecución del placer sexual. Puede ser un problema cuando el sexo gira exclusivamente en esta actividad y no se logra la satisfacción por otra vía, es decir cuando se convierte en una obsesión.

La Falofobia (que feo nombre de verdad) es el pánico por el pene masculino, ya sea verlo o tocarlo, todo un problema cuando se es mujer heterosexual u hombre gay. Mientras que la Erotofobia, es el miedo a hablar de sobre temas eróticos, (no pues ya estuvo que de esto en verdad no sufro) es el mayor trauma al que se pueden enfrentar y no tiene nada que ver con la vergüenza. Y por último, en esta macabra lista está la Eurotofobia, la fobia masculina más común, que radica en el miedo a los genitales femeninos, tanto que les bloquea y les impide llegar a una relación. Detectar estos problemas, pero sobre todo ponerse en manos especializadas lo antes posible, permite recuperar el gusto por las relaciones sexuales, sin importar que tan severo sea el caso siempre hay forma de solucionarlo, con apoyo, solidaridad, pero sobre todo amor. Ok…

Para este fin de semana la tarea es muy rica, una forma de quitarse “fantasmas” y líos existenciales es mostrarnos como somos, ¿qué tal si este fin de semana salimos solo lo necesario y nos la pasamos desnudos en casa? No con la intención de tener relaciones (ya que si las ganas son muchas, quien soy yo para decir ¿Cómo, cuándo, dónde? Pero la idea es acostumbrarnos a nuestra desnudez y a la de la persona con la que vivimos; comer, cocinar, leer, ver la tele juntos y desnudos, por el mero gusto de sentir todo el potencial de nuestra piel.


 Para decir adiós Ok… No teniendo nada más que decir… Solo basta recordar que para declaraciones coquetas o confesiones candentes queda el correo: medinaarturo@gmail.com Pero si la urgencia es mayor y es menester el análisis en ropa interior o mejor aún en cueros, pongan algo en el blog https://callemelancoliatgo.wordpress.com/ Como todo columnista serio y de primer mundo (si, ajá) estamos en http://www.facebook.com/kolia25. También nos pueden mandar insultos y peladeces a @kolia25 en twitter. Hasta la próxima.

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