
Serigrafía de Luis Germán Cajiga
Calle San Justo #205 Viejo San Juan, Puerto Rico
Telèfono y Fax (787)723-8627
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Texto de Isabel Saro Cervantes
Sexóloga Certificada
“Hijo de mi hija, mi nieto será - hijo de mi hijo a saber si será- Dios lo sabrá” refraneaban las abuelas ante lo que era un acto de fe y que en la actualidad es absoluta y genéticamente comprobable: LA PATERNIDAD
Madre “solo hay una”; padres hay muchos, de todos tamaños, colores, sabores y sinsabores.
El padre no es únicamente el que engendra, el que copuló con la futura madre, el padre biológico.
También tenemos al padre putativo, al padre adoptivo, al padrastro, al padre de primera vuelta, segunda vuelta, al padre espiritual, al padre de la patria, al padre de la Biología, de la Genética, al Padre Eterno y hasta “al Santo Padre”.
Pa’, viejo, papá, papito, papitito, “hijo de las musarañas”, cualquiera de éstas acepciones las escuchamos para nombrar a quien generalmente junto con la madre debería hacerse cargo de la manutención de los críos.
Frases como ¿“y cómo sé que es mío”? se oyen con frecuencia, afortunadamente en la actualidad los niños y las niñas tienen el derecho a conocer su origen y a tener un medio de manutención, por lo qué, si el presunto ascendiente en un juicio de paternidad se niega a practicarse una prueba de DNA operará la presunción de la paternidad y en consecuencia el progenitor estará obligado a las responsabilidades que marca la ley.
También existen los padres pudientes y quienes se hacen pudientes “como pueden” y hay tres refranes que versan: “Hijo de padre pudiente, aunque no sea honrado es valiente” “Hijos de alimañas, salen con sus mañas” “Padre comerciante, hijo caballero, nieto pordiosero”, cualquier parecido con los hijos de algunos políticos es mera coincidencia.
Hablemos también de los buenos padres, buenos proveedores y si son cariñosos ¡wow! lotería.
Algunos padres modernos ya se han dado la oportunidad de darles más tiempo de calidad a sus hijos e hijas, desde que nacen se involucran en su aseo, cuidado cotidiano y cariño; pero, ¿que hay de algunos padres de generaciones anteriores a la nuestra? aquellos que culturalmente están determinados, qué están marcados por aquello de: “si manifiestas tus sentimientos, serás vulnerable, te verán débil”, aquellos que al crecer sus hijos decían: “ya no me beses ya estás grandecito” ó “ya no es bueno abrazarla, ya está muy crecidita”.
Muchos de estos padres llegan conmigo a terapia diciendo que aman a sus hijos, pero que no saben como decirlo, que no se atreven a acercarse a ellos, que les han demostrado que los quieren porque han hecho lo posible por sacarlos adelante, que pueden expresar afecto a sus amistades, a sus parejas pero no a ellos y ellas, se les nota un gran dolor y sufrimiento.
Papás pongan el índice en su corazón, dense el permiso de expresar lo que sienten, abracen a sus hijos o por lo menos díganles que los quieren, ¡no pasa nada!; no esperen a estar en su lecho de muerte para hacerlo, ahí ya sería un poco tarde.
¡Felicidades en su día papás!
SU AMIGA LA SEXÓLOGA MA. ISABEL SARO CERVANTES
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